domingo, 13 de marzo de 2011

En las cuerdas de un violín

Cuando tocaba las cuerdas de su violín, pasaba los dedos por la nuca de su amada.
La melodía le devolvía su respiración y el tacto suave de sus manos.
Escribió en la partitura mientras la pensaba y todo en la música era para ella.
Fue todo poema de amor, pasión, sentimiento y desgarro. Le contó, en aquellas notas musicales que era el mas lindo sueño que había vivido desde que tenía recuerdos y  que no había podido evitar enamorarse de su maravillosa realidad, la que había podido percibir a través de sus sentimientos, sus ojos tristes, expresiones y palabras. 

Le aseguró además que si no hubiera sido por su vida dura y llena de verdades inalterables, le habría propuesto probar, dar rienda suelta al sentimiento, amarse y perderse juntos en aquel edén que era su jardín.
Le confesó que la había esperado por siglos, todo en una partitura, para cuerdas de violín Todo para ella, en el oculto sentido de una melodía. 
Su gran amor no le conocía, pero aún así él sabía que ella vendría. La esperó en silencio por una eternidad hasta que un día cálido de sábado la vio llegar.




2 comentarios:

  1. JODER, ME HAS ROTO EL ALMA Y ESO QUE A MI EN LA ESCRITURA NO ME VA EL AMOR SINO EL TERROR PURO Y DURO. JODER, NO SE SI SABRÁS QUE UNA DE MIS HIJAS ES VIOLINISTA Y LA OTRA LE DA AL CHELO QUE ES UNA BENDICION.

    ESTO ME HA ENCANTAO.

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  2. Quebré en mis penas la reja maldita que ahogaba los mares de mis primaveras, apenas salidas de entre las sombras que tocaban a su fin el día.
    Se hizo el hechizo que une los tiempos en medios recuerdos jamás ejercidos, callados en un panal de caricias oscuras, ciegas, mías.
    Busqué en mi rasgos de piedra herida que agota los mares, que rompe hechizos, deje entre tus manos el mas sabio de los recuerdos, aquel que me daba la justa medida, del mucho, del poco, del todavía.
    Te quiero dejar mi linfa vital en un desahogo apenas mío, apenas tuyo, apenas de nadie. Saber que existe un rincón de tu piel, que susurra lamentos de pieles torcidas, de manos estrechas que buscan cenizas de piedras gigantes jamás escavadas por manos humanas. Tus labios arrastraban mi suerte, con mucho cuidado al tiempo que pasa y no nos olvida, arrancando al instante que nos separa, el justo sabor de una profecía. El mito alado de un recuerdo sembrado en surcos de mieles, mojaron mis manos de vientos tranquilos que sacan tus dotes de maga hechicera.
    Revuelves mis fondos de arena mojada llenando mis labios de historias paganas, de justos enigmas que resuelven mis fines de noches despierto esperando tus besos, que pasaban revueltos de espinas heridas, de palabras calladas, de ansias perdidas.......J

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