martes, 27 de mayo de 2014

Tita



























El recuerdo de aquella silla es constante, esa que no se ocupaba porque era su lugar, su sitio preferido, la reservábamos para cuando estuviera. 
Llegaba sudadita, fría por tanta humedad, y roja, con aquella cara regordeta, gallega, con ojeras y unos ojos verdes preciosos, que conservaban aún el encanto de sus años de juventud.

Hoy me he vuelto a sentar en su regazo, en aquel sillón, su preferido. Hoy le he contado secretos del alma, tempranito en la mañana después de correr por el parque. Me recosté en el césped exhausta después de mi deporte y al cerrar los ojos la vi clarita, estaba conmigo.

 ¡Tan linda!

Nos quedamos quietas un rato, compartiendo las almas, en silencio y me hizo saber que sin hablar me escuchaba. Me acarició el cabello, porque el vientecillo se me colaba por debajo de la nuca, y en realidad no había aire. Me dejé llevar por su quietud y su cálido amor.

Le conté todas mi penas, le lloré desesperada. Me abrazó tan fuerte que me quedé un instante sin respirar, sin la noción del tiempo, sin sonidos, solas ella y yo, sin otra existencia que la nuestra.

Así comenzó mi día, con la mejor compañía del mundo.

Ella está conmigo, siempre lo he sabido.

¿Que tienen las abuelas que son eternas?

(hoy después de 17 años, mi corazón aún late por ti)


martes, 13 de mayo de 2014

Family

Ilustración de Majali.


Ella quería una familia. Desde que era tan solo una tuerca a medio apretar con tres o cuatro partes de hojalata, lo quería.

Aquel día, de camino al cementerio donde yacían sus antepasados, y donde iban de vez en cuando, no a poner flores porque terminaban por oxidarse, sino a buscar partes para reparar alguna pierna o brazo dolorido, lo encontró.

Oxizul, era amigo de su hermano mayor y tenía ojos de cuentas y un ombligo que daba la hora. Oxigirl, que así se llamaba ella, le planto un beso en la antena derecha y le dijo que era muy guapo. A lo que Oxizul respondió con un movimiento de agujas y el ombligo casi se sale fuera.

A la semana ya eran novios, paseaban por las lineas del tren para recargar las energías, ella haciendo malabares por una línea y el por la otra, con las manos entrelazadas. Se prometían amor y soñaban con la llegada de los hijos, que serían tan oxidados como ellos, tendrían más el color de su mamá y les haría muy felices. 

Y así llegó el día de la boda. Vinieron parientes de todos los desguaces del país, algunos muy viejos y las tías de ambos, que ya creían que sus sobrinos terminarían tirados y solitarios en un rincón sin familia y amor.

A los tres días llegó Oxipony, sus padres se dieron mucha prisa en encargar y la luna de miel fue corta, pero intensa. A los tres días ya tenían armado a su retoño.

Tan simple como eso, llegó la luz a aquel hogar, un sol que brillaría sobre sus cabezas en las noches y serviría para leerle cuentos a Oxipony y para ver el reflejo de su cabeza puntiaguda como la de un túnel.

Oxigirl había formado una familia y eso la hacía muy feliz.

lunes, 12 de mayo de 2014

Corners



Esquinas. Siempre me gustaron las esquinas.

La esquina de la cama, donde te sentabas a verme mientras dormía. Las esquinas que encontrábamos para besarnos.
La esquina de tu boca, justo donde empezaba ese oasis de humedad que eran tus labios. 
La esquina donde me hacías el amor, la esquina oscura y apartada.
Esa esquina, larga y afilada como la punta de la espada con que heriste mi corazón.

Ahora que lo pienso...

Ya no me gustan tanto las esquinas. Me recuerdan a ti.

martes, 6 de mayo de 2014

Búsqueda.




Ilustración de Majalin




¿Donde te escondes?


El viento me llevó a la pradera y seguí tu aroma hasta el árbol. El árbol donde grabamos nuestro nombre, tu nombre, el mío no importa.

No te encontré, aquí estoy, caminando sin rumbo. Y el viento me lleva, el viento.
Querría saber hacia donde.

¿Estás al norte o al sur?

Ya no se donde voy, miro en derredor y no estás, no hay sol, ni lunas, ni estrellas, ni magos, ni oriente.

El prado es inmenso, ha crecido la mala hierba.

Me pierdo.

El prado...

El árbol...

Tu aroma...

Mis sábanas...

Mi mano, recorre con la punta de los dedos el final de las hojas, suaves, mis sábanas... No estás.

Despierto. No estás. 

domingo, 4 de mayo de 2014

Olivia y Salomón.



( Ilustración de Maja Lindberg)

Olivia: No me mires triste.

Salomón: Es que ya te vas, y me pongo triste.

Olivia: Solo me voy unas horas, Salomón. Solo porque es de noche y mi madre grita mucho si no me ve llegar. ¿Te gustan los gritos?

Salomón: No, no me gustan. Pero igual te vas y volveré a quedarme solo. No me gustan las sombras que se forman de mi soledad. ¿Te gusta el gris?

Olivia: Tu eres un poco gris, el gris es bonito. Los niños lo vemos todo bonito, inclusive el gris. Y la sombra te hace compañía, es tuya, háblale, ya verás...

Salomón: ¿En serio? ¿Tu crees que me hable?

Olivia: Si, bobo. Hazlo y verás como no te sientes tan solo. Ella no te va a contestar, porque no sabe hablar, pero escucharte, te escuchará. ¡Ahora, tengo que irme! ¿De acuerdo? ¿Me prometes que no me seguirás?

Salomón: Mmmm, no se hacer promesas... las olvido todas, y tu hueles muy rico. No puedo prometerte que no te seguiré. Tal vez solo un poco, y vuelvo. ¿Qué me dices?

Olivia: ¡Que eres muy terco y que no huelo rico! ¡¿Que tontería!?

Salomón: Es cierto...tu pelo huele a panal, me dan ganas de revolcarme en tu pelo y robarme ese olor.

Olivia: jajajaja, que tontito eres... Es mi champú, que es de miel, no es panal. ¡Vaya ocurrencia! ¿Me prometes entonces que no me vas a seguir?

Salomón: Solo si me prometes que me traerás un poco de ese "champú", en el desayuno. Al menos me quedaré con tu olor...

Olivia: ¡Hecho entonces! Mañana te traeré el aromatizante de ropa de mi madre, que también es de miel y podrás ponerlo en tu cueva, así olerá rico todo el tiempo y no tendrás que seguirme, además tendrás a la sombra para conversar y ya no me extrañarás tanto. Ahora, debo irme. ¡Un besito grandullón!

Salomón: Buena idea... olerá a panal siempre y te recordaré. En cuanto a hablar con la sombra, ya veremos, prefiero tu compañía. La sombra sigue siendo gris.
Si me traes ese "panal" de tu madre mañana... ¿Puede ser de color?