martes, 17 de enero de 2012

Una linea

Foto tomada por mi en Ibiza

Ella es de allá, donde todo es azul, en el momento donde se une el cielo y la tierra.


Según desde donde se mire, se le ve siempre quieta, queda, esperando, azul, como el agua, como el cielo, y en los días de bruma casi imperceptible, pero siempre está ahí, pertenece a ese lugar.


Es visiblemente más oscura, pero linda, perfecta, delgada como un cabello. Separa donde pertenezco, de lo que ya no está.


Es solo una línea, el horizonte, donde te escondes, donde te fuiste, donde te busco, sin encontrarte...


jueves, 12 de enero de 2012

Invierno

En la nieve, sobre la nieve, dentro de ella. 
Hace falta un invierno para saber apreciar una temperatura templada. Es necesario un invierno para extrañar la calidez de una mirada.
Tu boca silente, tus ojos perdidos, tus palabras que no existen...
Es invierno, crudo invierno.

martes, 10 de enero de 2012

Sangre


De pie, justo en el extremo. Batía un viento tremendo.
Tenía el cabello alborotado, la nariz roja y las lágrimas se le estaban helando nada más salir.
Nadia no sabía cómo había llegado al final del bosque a esa hora de la mañana. Se levantó histérica por aquel sueño que venía repitiendo durante tantas noches y se puso lo primero que encontró para salir a correr. Por suerte, pudo hacerlo sola, su vigilante dormía en el sofá como una piedra.

¡Valiente cuidador!

El viento le hacía llorar, le helaba las manos, aún así, amaba ese lugar, donde el mundo no tenía fin.
Donde único estaría segura, le dijeron. Sinceramente, no se lo creyó pero cuando llegó le encantó aquel sitio. Justo allí, donde acababa el bosque, se habría un infinito de agua y cielo, allí era donde más le gustaba estar.

Jadeando, se dejó caer en una piedra lisa y miró hasta que perdió la nitidez. No había tierra cerca, no delante, todo estaba detrás, como la vida que había dejado, las persecuciones, los dos asesinatos que presenció, su compañero. Aquella quietud le daba escalofríos, pero era todo tan bello. Sentía una sensación de pertenencia, de posesión.
Nunca podría escapar de la vida que ahora estaba viviendo. Ser testigo protegido tenía más contras que pros y estar aislada era uno de ellos.

La asustó un sonido seco, como de ramas  partirse debajo de un peso, como de botas. Nadia, se agazapó detrás de aquellas rocas y en un segundo pensó en el paso a seguir. El sonido era cada vez más nítido, grueso. Se tiraría al agua. – pensó.
Un aullido lejano, le hizo producir un ruidito con la garganta, imposible de reprimir. Era el miedo, había vuelto, después de tantos días sin sentirlo. Volvieron a escucharse ramas crujir y Nadia, fue consciente de que debía actuar sin demora.
Le tocaron una pierna, en ese mismo instante. Certera, sin vacilar, pegó un manotazo para intentar zafarse y echarse a correr. Un líquido rojo, viscozo, que se le antojó repugnante se le vino encima y Nadia pensó que lo había matado y lo que brotaba era su sangre, pero no.


El líquido rojo era el zumo de frambuesa que le había tirado a su hijo…le traía el desayuno a la cama.

lunes, 9 de enero de 2012

A Mario, el amor de Olga.

Mirando la vela que casi se acaba, Olga reprime el deseo de gritar. Ha estado a punto de abrir la ventana, porque creyó verle en el edificio del frente.
Se recuesta a la pared y mira gastarse la cera, derretida, con olor a naranja y le recuerda; recuerda a Mario después de una ducha, después de aquel verano que pasaron juntos, el primer y último verano.
La cera, se hace líquida como los sueños de Olga...unos sueños que llevan nombre.



Al amor breve de Olga...cargado de ilusión.

domingo, 1 de enero de 2012

Para los que amo.

Por aquello de no pasar por alto el primer día del año...les regalo unas pocas palabras de la gran Dulce Maria Loynaz, para los que amo.

No te nombro; pero estás en mi, como la música en la garganta del ruiseñor aunque no esté cantando.