jueves, 21 de junio de 2012



Nunca Junio fue tan triste.

Aquel mes, que pasó sin avisar, entre tumbos, más tumbos, y calores, y desdichas.

¡Ay Junio! Nunca fuiste un mes más triste que aquel de los 25 años en el pasillo del hospital, cuando pasaste tu cumpleaños en un suelo frío en espera de buenas noticias.

¡Ay Junio! Terminaré por odiarte.¿Sabes?

Creo que ya lo hago, hasta nuevo aviso...