miércoles, 30 de marzo de 2011

Águila!

Voy en tus alas de águila, surcando el viento.  Cuando me atrapaste en tus garras paseando yo por el jardín, sentí un dolor intenso en el pecho que me hizo abandonarme a la fuerza que ejerciste sobre mí.
Me dejé arrastrar con todas las ganas, a propósito; no pude elegir. Quise volar contigo sin que me obligaras, suavemente me soltaste y como si hubieras leído mis pensamientos volaste bajo dejandome caer en tus alas y liberaste mi cuerpo, para darme elección.
Aunque, en verdad nunca la tuve, porque una vez que te sentí, mi elección fue quedarme contigo….

domingo, 27 de marzo de 2011

La Roca

La Roca, está húmeda. 
Después de tantos años en este sitio alejado, conserva días de lluvias, moho, suciedad y roces. Aquí no viene nadie en invierno, por el frío intenso de esta zona, pero en la primavera comienza a llenarse de enamorados que se turnan por las noches hasta que se va el verano.
Hoy hace frío y mucho viento. Esta noche la Roca, esta sola. Repasa internamente cada milímetro de extensión, no encuentra rastros de compañía porque ha pasado la temporada de heladas, muy sola. Solo encuentra lo que se le ha ido pegando durante este tiempo.
La Roca ya no quiere estar así, desea que llegue la primavera y con ella los enamorados que le dejan roces, besos y limpian con sus ropas su superficie, y alguna lluvia, que termine con la labor de limpieza. Este año, quiere brillar, quiere sentirse bien.
La Roca quiere encontrar el amor, aunque para lograrlo, deba arrebatárselo a otro.

sábado, 26 de marzo de 2011

Buscando compañía

 
Espero en el metro. Me siento sola sola, una sensación recurrente últimamente.
Se escucha de fondo una melodía triste que toca en un piano un músico callejero. En el andén del frente, una pareja se besa. Él, aparta el cabello de la frente de la chica y detiene la mirada en sus ojos, le acaricia la mejilla y se pierde en su mirar. Llegan otras dos personas y se sientan a su lado, se rompe el hechizo, ambos se abrazan y yo miro a los lados buscando lo mismo. No tengo a nadie.
En mi andén solo estoy yo. No tengo a nadie.
Mi teléfono suena y al otro lado alguien me pregunta como estoy.
-Sola en un andén. – esa es mi respuesta.

En el parque.

















Sentada en la plaza, con apenas personas alrededor, saco mi cuaderno y me dispongo a escribir de no se que. Hay tantas cosas que deseo sacar fuera y a la vez tantas que es preciso callar, que me planteo cerrarlo otra vez y no poner nada.
En realidad nunca me gustaron los diarios, por eso, a esto le llamo simplemente cuaderno de apuntes. Porque es eso, solo un cuaderno de apuntes. La verdad es que no escribo aquí lo que me pasa en el día  y ni siquiera pongo en el comienzo la típica frase “querido diario”.
Hoy es un día raro. 
Como muchas otras veces, me siento sola, tengo la sensación de que no pertenezco a aquí. Hoy no tengo lugar, me falta amor, compañía, risa.
Hoy, ahora, solo tengo a mi cuaderno de apuntes y a los pocos transeúntes que pasan cerca. 
Hoy, es un día interior. 
Solo me tengo a mi.
(Plaza del Descubrimiento - 30 metros del Hard Rock Madrid. Sábado 26 de Marzo)

Se busca Jardinero!

Foto by Ofelia (Pensamientos de la Granja de San Ildefonso)
Donde estará hoy mi poeta nocturno?.
El jardinero fiel, que visita mi jardín?. Donde estará para velar mi sueño y decirme que me ha pensado?, que ha suspirado, que me ha extrañado! Donde estará después de un día de ausencia....
Será que ya se cansó de regar mis plantas, y necesita descansar de tanto olor y color de mi jardín?
Deseo que algún día vuelva, aunque sea en despedida.
En una noche de luna, con humedad en mis pétalos me quedé esperándole, porque no le vi partir. Pensé que al abrirme en la mañana , ahí estaría, o en la noche para mirar las estrellas, pero no, solo vi la soledad de una noche cerrada y las gotas húmedas de mis lágrimas cayendo como rocío.
Definitivamente. Mi jardinero, no está!

miércoles, 23 de marzo de 2011

Logros



















Daniel caminaba día tras día por las mismas calles del pueblo sin que pasara nada diferente durante meses. Su vida era tediosa, siempre con los mismos amigos, conversando de las mismas cosas, en las esquinas saludaba cada tarde a las mismas personas, pedía un café en la barra de la cafetería donde le atendía la misma camarera y al final, volvía por el camino por donde ya, hasta sus pisadas parecían marcadas.
 Siempre lo mismo.
Comenzaba a estar cansado de aquella rutina, su juventud estaba corriendo a la adultez sin que él estuviera haciendo nada para cambiarlo.
 Había escuchado muchas veces a su madre quejarse de la vida de aquel lugar, de cómo se hizo vieja criándolos a ellos y como nunca pudo ser más que la dependienta de la tienda de una tienda, con tantas cosas que le habría gustado hacer, por ejemplo dedicarse a la moda.
Dani se veía reflejado en su madre todo el tiempo, tenía inclinaciones artísticas como ella, su misma sensibilidad para apreciar lo bello, desde una pieza musical hasta las quietas figuras de los libros de historia antigua que había en su casa en las estanterías.
Intentó estudiar piano a los 5 años, pero a su profesor, el gobierno le quitó el piano con el que daba clases y así le fue arrebatado su sueño de ser pianista, porque no había nadie cerca que lo hiciera. Siendo ya algo mas mayor comenzó las clases de canto en el coro del pueblo con un profesor magnifico, amigo de su padre. Ahí no le fue del todo mal, formaba parte de un grupo de niños que sentían inclinación hacia la música en distintas expresiones y en esa etapa fue muy feliz. A los 10 años, escribió su primer poema, y le encantaba la redacción, la lectura y declamar en los actos pioneriles.
Así fueron pasando los años y su juventud se fue escapando sin que fuera, pianista, guitarrista, cantante consumado o declamador y poeta.
Con todas estas cosas rondándole por su cabeza a la edad de 24 años, decidió marchar de aquel pueblo, esperando regresar alguna vez, cuando hubiera logrado se lo que quería.
Hoy, Daniel no es nada de eso, ni poeta como Guillén, ni pianista como Richter, no tocaba opera a los 8 como él, y ahora tiene 35. Cree haber alcanzado su sueño o por lo menos parte de él.
Daniel, es un chico soñador, tanto que a veces le duele. Pero no le importa.
No es pianista, pero escucharlo le es muy grato y le brinda un gran placer. No es poeta pero leer a los grandes, le transporta y alegra sobremanera. No canta en grandes escenarios pero escucha música todo el tiempo que puede y recuerda sus mejores momentos en la vida y también los no tan buenos, esos que le hicieron lo que es hoy. Tampoco es un gran escritor, pero se desdobla escribiendo de tarde en tarde sentimientos y añoranzas. Eso si que lo ha logrado Daniel, hacer algo que le gusta, con lo que se siente bien, en lo que debe mejorar, desde luego, pero algo que le nutre y muchas veces le hace llorar por sus recuerdos y otras reír con sus propias ocurrencias.
El, no ha logrado ser uno de los grandes, por lo menos, no para las masas. Pero si para un pequeño grupo, ese ha sido su mayor logro en su corta vida, porque aún le falta mucho por vivir, más de la mitad.
Daniel interpretará para ese grupo la mejor de las piezas musicales, compondrá el mejor de los poemas, cantará la opera más famosa porque en su corazón ha logrado mucho, ha encontrado a las personas con las que quería caminar y al final se ha dado cuenta que no hace falta ser de los “grandes”, para ser grande en el corazón de unos pocos.
 Eso al final, es lo más importante.
Daniel, puede volver a casa, ahora él, es grande también!

lunes, 21 de marzo de 2011

Verde Esperanza & Negativo.

El tren avanzaba a una velocidad bastante rápida. Si hubiera sido un coche, de seguro, iría por encima de la velocidad permitida, pero eso no era importante.
Miranda observaba cada paisaje que dejaba a su paso, las avenidas que quedaban atrás, el cambio de color del cielo a esa hora de la tarde, y el de los arboles del pequeño bosque que se hallaba a la salida de la ciudad. 
A este bosque venía Miranda el sábado por la mañana a caminar, tenía un camino que lo bordeaba y ahora en primavera era de auténtico lujo escuchar a los pájaros cantar con tantas ganas, respirar el aire húmedo y suave de esa hora del día, alegrar la vista con el verdor de los retoños que crecían en cada rama, rozar con la mano algún arbusto al pasar y sentir el agua resbalar por lo dedos.
Ahora ella no respiraba nada de eso, solo observaba a través de la ventanilla del tren. Regresaba de la consulta y meditaba sobre su vida; los últimos 15 días habían sido muy intensos, estaba realmente sensible y no se le estaban dando muy bien las relaciones personales.  ¡Se sentía tan sola!. En ese tiempo se quedó con la sensación de que muy pocas personas entendían realmente por lo que estaba pasando.
A medida que su transporte avanzaba, los tonos verdes de aquel bosque que tan bien conocía se iban quedado atrás, le cedían el lugar a los tonos grises que imperaban aún en las calles de la ciudad.
Mir, como le llamaba su madre, intentaba alejar de sí, ese gris de los edificios, en su corazón el verde imperaba, verdes eran sus ojos, también su color favorito, verde el árbol con el que soñaba recurrentemente de niña, ese que parecía tan real, porque ella siempre soñaba en colores, verde fue su primer reloj, regalo de su padre y verde la esperanza que albergaba en su corazón y que no quería dejar escapar. Aún faltaba una hora y media para la llamada que esperaba aterrada. 
Con un poco de suerte el color verde de la primavera estaría allí y esta vez para quedarse.

Una hora después sonó el teléfono, se había retrazado la primavera. En el corazón de Miranda seguía siendo invierno. Tocaría esperar.

jueves, 17 de marzo de 2011

Desde mi café


Cruzó la calle apresurada, porque cambiaba el semáforo y ya iba tarde. Quería estar ahí antes de tiempo, prefería verle llegar desde el cristal con un café en la mano y un poco más calmada. El era puntual, siempre entraba a  18:30h y solo faltaban 10 minutos para verle aparecer. Era la tercera vez que le veía, siempre en el mismo café, y a la misma hora.
Pidió al camarero una taza de café descafeinado con sacarina, ya estaba lo suficientemente nerviosa como para tomarse un café a esa hora de la tarde y antes de la cita. Pidió, además, unas galletas y se sentó en la esquina de aquella cafetería, que esa tarde, estaba especialmente vacía. Se sentó despacio para no arrugarse el vestido, cruzo las piernas de manera sensual y encendió un cigarrillo, miró a través del ventanal y dio la primera calada que daba lugar a la espera.
Adriana, era una chica baja de estatura, con el pelo corto y bastante delgada. Tenía unas formas muy bien definidas, unos pechos bien proporcionados con el ancho de sus caderas y un andar sensual que apareció ya siendo una adolescente. Siempre fue una niña alegre y de muchos amigos, casi todos hombres; por eso no se explicaba porque aquel, especialmente aquel, al que ahora esperaba tomando un café le ponía tan nerviosa.
Cuando ya estaba terminando el cigarrillo, tomo la decisión de decirle en cuanto entrara por la puerta lo que había meditado, pensado y razonado tantas veces después de verle la primera vez. Estaba convencida que aquel era el día perfecto y con un poquito de ayuda de su dudoso valor, diría por fin, lo que tanto deseaba confesarle. Sin querer pensarlo una vez más, dio un sorbo al café que ya había bajado más de la mitad y volvió la cara al cristal para verle aparecer doblando la esquina del restaurante por donde, minutos antes, ella había cruzado.
En un cortísimo minuto, Adriana vio cambiar su vida. Justo cuando él cruzaba la calle, cambiaba la luz del semáforo y un coche color berenjena pisaba el acelerador con fuerza. Le golpeó en todo el costado y ella con horror vio como le lanzaba varios metros lejos de la esquina. Se levantó como un exhalación, dejó su bolso y se despojo de sus tacones para poder correr hacia donde estaba tumbado, sin pensarlo cruzó la calle ahora paralizada por el terrible accidente y se abalanzó sobre el cuerpo sangrante, inerte, sin fuerzas.
Había transcurrido solo una semana desde que lo encontró el detective, una semana en la que él no supo quien era ella, ni tampoco que le esperó cada tarde alterna desde el Lunes pasado.
Hoy Adriana pensaba decirle toda la verdad. Se había comprado un vestido y unos zapatos a juego para la ocasión. No podía ser verdad lo que estaba viviendo, el destino no podía ser tan cruel.
Al llegar a su lado,  jadeante, se encontró sin fuerzas y cayó despojada de toda esperanza, a su lado. Los ojos de aquel hombre le miraban casi idos, casi muertos, ya sin luz. Adriana lloró, le abrazó, le pidió en un grito ahogado que no muriera y le dijo lo que había decidido esa mañana, mientras él ladeaba la cabeza y le clavaba los ojos, ya sin respirar.

No puedes morirte ahora....

Soy tu hija, papá!

Regalo

Hoy quiero publicar algo que comentó un amigo en uno de mis articulos. Específicamente fue en el que se titula " Sigues estando ahí". Aunque lo voy a publicar en el lugar al que corresponde, también quiero hacerlo aquí. 
Jorge, gracias! Esto que has escrito es muy lindo. Espero que te guste, aunque no te he pedido permiso.
Un beso.



Caminé por mis heridas de historias vividas, curando arenas de polvo mezclado con ansias de secas cenizas. Surqué un ancho mar de lejanos recuerdos, y allí me encontré sepultos tus pétalos. Curé con absurdo entusiasmo potentes raíces, cuerdas mojadas de un piano gigante que movía la noche entre mis manos.
No quiero tener el despego del tiempo que lleva su aurora arrastrando mis versos apenas dichos. Regalarte mis fuerzas cubiertas de rocío matutino y quedarnos callados entre la hierba mojada que nutre tu vientre de mis gemidos. Quiero llevarte a ese mundo de quietud divina, lejano de absurdas caricias, ansias y mentes queridas, curar tus heridas de hada antigua y donarte el secreto que te abre las alas, cubrir tus mejillas de una fiel sonrisa, moviendo molinos de andantes aventureros y dulces doncellas que duermen desnudas entre las raíces de bosques escondidos.
Flautos quebrados que suenan nuevas melodías, desconocidas, encantadas, reciben orgullosos el nuevo día.. Desapareces de mis orillas como un rió agitado que lleva en sus aguas, lo mejor de mi.....Jorge Gonzales

domingo, 13 de marzo de 2011

En las cuerdas de un violín

Cuando tocaba las cuerdas de su violín, pasaba los dedos por la nuca de su amada.
La melodía le devolvía su respiración y el tacto suave de sus manos.
Escribió en la partitura mientras la pensaba y todo en la música era para ella.
Fue todo poema de amor, pasión, sentimiento y desgarro. Le contó, en aquellas notas musicales que era el mas lindo sueño que había vivido desde que tenía recuerdos y  que no había podido evitar enamorarse de su maravillosa realidad, la que había podido percibir a través de sus sentimientos, sus ojos tristes, expresiones y palabras. 

Le aseguró además que si no hubiera sido por su vida dura y llena de verdades inalterables, le habría propuesto probar, dar rienda suelta al sentimiento, amarse y perderse juntos en aquel edén que era su jardín.
Le confesó que la había esperado por siglos, todo en una partitura, para cuerdas de violín Todo para ella, en el oculto sentido de una melodía. 
Su gran amor no le conocía, pero aún así él sabía que ella vendría. La esperó en silencio por una eternidad hasta que un día cálido de sábado la vio llegar.




sábado, 12 de marzo de 2011

Oler a rosas

Te esperé, sentada, hambrienta y con sueño! Así te esperé. Terminé aburrida porque hasta los pájaros de la tarde se fueron a dormir y el trinar que me acompañaba se fue con ellos y con la noche que anunciaba que le día llegaba a su fin. Aún así te esperé, aunque llovió e hizo frío. Seguí esperando hasta que ya no pude más, entré en la casa, olí las rosas que me habías regalado,  cerré mi ventana , los ojos y aparqué el pensamiento que te había reservado. Había llegado la hora de descansar....

miércoles, 9 de marzo de 2011

Hasta que se acabe el mundo.

-¡Mira aquella mami! Es una tortuga con la colita y la cabeza saliendo del caparazón. ¿No la ves?
-¿Donde hija?
-Allí mami... mija, al lado de la gorda sin formas.
-A si, ahora la veo, es verdad es una tortuga. ¡Que bonita! Tu mira el gato, el que está debajo y es pequeñito.
-Es verdad mami...que buena eres en esto, no lo había visto.
-Mami, ¿haremos esto todas las tardes, cada día hasta que se acabe el mundo? Me gusta, es divertido.
-Si mi amor, lo haremos hasta que tu quieras. Si que es divertido. Lastima que tu hermana no pueda estar siempre. ¿Verdad?
-Si, que pena....si no hubiera cogido la carrera esa tan lejos, por allá por Santiago lo podríamos hacer siempre las tres . 
-Yo no voy irme lejos nunca mami, eso te lo prometo. Estaré siempre, siempre contigo, hasta que se acabe el mundo y formaremos figuras con las nubes, oíste?
-Si vida mía, siempre estaremos juntas. - dijo la madre mientras pensaba- Que alegría que tu cabeza no exista el futuro, crudo y cruel que nos termina envolviendo a todos y también como todos, un día nos terminamos yendo.

(Basado en mi experiencia personal)

Ayer y hoy

Quería copiar en mi memoria tu recuerdo.
Esperé que pasaras y solamente te miré. Recordé tu silueta en los bailables de la plaza los fines de semana, eso es lo más nítido que guardo de ti.
Me alimente una vez más pensando en tu andar de entonces.Sigues siendo el mismo... tu silueta es igual, la veo en tus fotos y te pienso entonces. Al final creo que mi memoria te copió, mi espíritu te persiguió, mi corazón te encontró y mis pupilas, que te han vuelto a ver, te retendrán.

lunes, 7 de marzo de 2011

Sexo en palabras.

En la humedad de mi sexo tuviste mucho que ver.
Nunca unas palabras me hicieron sentir nada igual sin que mediara el contacto físico o por lo menos visual. Dijiste lo preciso, lo que yo deseaba escuchar y tu, lo que querías que yo sintiera a través de tus palabras. Mi cabeza voló y te esperó tendida dentro de un cuerpo deseoso de caricias.
Encontró en ti una tibieza desconocida, palabras reales y también lejanas. Me entregué en esas palabras y mi pecho suspiro. Jadeante de deseo te dije cuanto yo te deseaba, y no mentí como creo que tu tampoco mientras me hacías el amor. En cuerpo y alma nos unimos, nos besamos apasionados, sedientos y muertos por las ganas.
Ahora en este espacio solitario en el que duermo, revivo cada instante y veo que me va a ser imposible dormir. Sin ti.
Por lo menos, esta noche!

domingo, 6 de marzo de 2011

Besos.


Mi boca, dulce invitación de besos dulces.
Se siente sola sin tus besos y desvalida sin las palabras que salen por ella, inspiradas por tí. Los labios se secaron a la media hora después de tu partida.
Recordarte, secó además la garganta y me dejó desarmada. Cuando vuelvas a besarme atraparé la miel con más deseo y guardaré botes enteros en el pensamiento y en mi corazón, para cuando ya no estés me quede para siempre tu sabor; atrapado y perpetuo!

Descubreme.

Tumbada en mi cama, al amanecer, pienso en tí, en lo que dices, en tu actitud, conversaciones y en esa risa que escuché y me atrapó con calidéz, alegría e inocencia. No intentes descifrarme con palabra rebuscadas, mirando con lupa lo que digo, si te agasajo o te desprecio y con códigos encerrados entre letras. Siente esto que soy y mirame a los ojos que ahí me encontrarás, sencilla, apasionada, rebelde y amorosa.
Ya sé que un tema recurrente en mi es el amor, pero es que tengo tanto que entregar! Que muchas veces siento que se escapa solo, sin que nadie lo tome en cuenta, sin que nadie se alimente de él, sin que benefície a alguien y se termina esfumando como tantas cosas en la tierra...
Que no te de miedo la grandeza de mis sentimientos, esos los tengo dentro deseando salir cuando merite. Te he esperado mucho tiempo. Sabía que un día llegarías para darme lo que yo también estaba dispuesta a entregar.
Lastima que todo en esta vida tenga un fin. Así como llegaste un día te irás y volveré a quedarme con mi amor guardado esperando la llegada del descubridor.