lunes, 6 de diciembre de 2010

Apis mellifera: El día que deje de ser Jardinera!

Quiero ser jardinera!.   
Me decía siempre cuando iba al huerto escolar. Me encantaba ver las hojas llenas de rocío cuando me correspondía ir en horario de la mañana y también el que amanecía en las hojas del platanillo del jardín.
Mi madre siempre tuvo un patio lleno de flores y en el jardín de la casa de mi abuela, no cabía una planta más de la flor de la mariposa. De hecho era su preferida, igual que la mía.
El camino a casa de estaba flanqueado a cada lado por malvas silvestres, margaritas y morivivíes, estas últimas eran el gran acontecimiento de mi recorrido y me hacían tardar más de lo habitual, porque por supuesto me detenía a tocar cada una que encontraba intentando descifrar porque se cerraban al ser tocadas, como un ciempiés o un caracol, cosa que hasta hoy no he logrado saber, pero que dejé de intentar hace muchísimos años.
Ayudaba mucho en la jardinería en casa, era de mis tareas favoritas del hogar. Este oficio me gusto hasta el día que corriendo por aquel camino hecho por el paso de los pueblerinos una y otra vez, la toqué con la mano.
Yo la conocía, aunque no personalmente. Mi padre me había hablado de ella alguna vez y yo a decir verdad había visto a sus hermanas, pero de lejos.
Esa mañana corría yo, por aquel camino como Caperucita Roja, para ir a visitar a mi abuela; a falta de lobo, ella apareció. Estaba tan tranquila que yo no tuve tiempo de verla, cuando sentí el dolor en la mano, solo vi una pequeñísima punta marrón en la palma, el dolor se hizo horrible en cuestión de segundos, la mano se alteró y cambió del carne al rojo en menos tiempo.
Ese día descubrí lo que era una abeja y también que mis días como jardinera habían terminado.



3 comentarios:

  1. Buah! Que rapido te rendiste, con lo peleona que eres. La foto, estupenda!

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  2. No creo sinceramente que ese pequeno pasaje te halla hecho rendir mipri... revisa a ver si algo mas sucedio, no somos de las que no rendimos a la primera, yo creo que mientras mas nos pasan mas tercas somos... pero el escrito me encanta, pinso que es algo que nos regalo la vida, unos lo publican mientras otros preferimos guardarlo
    besitos

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  3. Me encanta este escrito! Mira lo que logró una simple abejita.

    A mi también me gustaba mucho esa matica a la que se le cierran las hojitas, no sabía su nombre. Fue mi papá el que me la enseñó, y me entretenía mucho igual que tu , tocando todas las hojitas. Gracias por hacerme recordar ese parte tan bonita de mi infancia con mi papá.

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