miércoles, 16 de enero de 2013

Mi carta.




Ayer te escribí una carta.

Ojala tuviera el valor de mandarla, pero no, no lo tengo, soy una cobarde que terminará por romper la carta temiéndole a eso de dejar algo por escrito.

Envuelta en la manta de cuadros que tengo tirada en el sofá, para esas tardes en las que busco calor, saco el cuadernillo, el boli y paso la siguiente media hora contándote mi última semana.

La tarde es fría, con la luz tenue de estas fechas. Recuerdo las tardes de otoño que tanto te gustan y te imagino escribiendo también frente a tu ventana. Suspiro y miro el cielo que tiene el color del  fuego.

Te veo sonreír esas sonrisas de nuestro verano.

Te extraño. Lo mismo da no haberte tenido nunca, te extraño igual.

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