-Gilberto, me hacen falta unas papas para la sopa del almuerzo.
-En un momento, aprovecho que voy al pueblo a buscar algo que necesito – dijo y se metió en el baño.
A los tres días, regresa Gilberto, sin papas…
¡Gilberto! ¿Donde están las papas que te mandé a buscar antier? - le gritó con cara de pocos amigos.
-Ay, Silvia, no te lo vas a creer. Cuando pasé del otro lado creció el río y hasta hoy no pude regresar. Pa colmo se me calló el bolso en el rio al cruzar y la corriente se llevó lo que compré.
(historia familiar, que nos contaba mi abuela, mirando a mi abuelo con cara de verdugo)
jajajajja!!!! muy bueno! pobre abuelo cuantas veces habra pagado por las papas....
ResponderEliminarMuchas más de las merecidas creo...:)
EliminarLa voy a recordar, uno nunca sabe cuando va a necesitar algo así...
ResponderEliminarRecuerdalo cuando cruces a Manhatan......
EliminarJjajajaja, en todo caso tienes que cruzar a pie, porque lo del rio crecido nadie te lo va a creer, no en La City :)
EliminarAy chica....le doy una de papazos!!!!!!
ResponderEliminarSe queda sin comer...hasta que yo me acuerde, por lo menos de mi sazón :)
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