miércoles, 2 de noviembre de 2011

Feliz cumpleaños Tita.

Era una viejita con la carita dulce, regordeta, de ojos verdes. A pesar de su dulzura, una mujer de armas tomar, provocada por el trabajo y por haber crecido sin madre, pasando miles de penurias, solo con el amor de sus tías maternas que fue lo único que tuvo hasta que se casó.

Tita, que así le decíamos a mi abuela en casa, era el alma de aquel hogar, una mujer muy alegre, con ojeras pronunciadas, las que heredé, unas manos lindas pero duras por el trabajo, una sonrisa agradable y rica,  un corazón más grande que mi isla.

Cuando tenía 23 años mi abuela nos dejó, abriendo un hueco en nuestras almas que jamás se llenaría, llevándose con ella los consejos tan a tiempo, una caricia certera, la calidez de un pecho para recostarse a llorar, el sabor de las comidas más ricas que probé  jamás, un amor sin comparación, sus ronquidos de los que reíamos sus nietos a la hora de la siesta, su andar lento por el sobrepeso, un pelo blanco y suave como algodón y tanto, tantísimo amor…
A mi abuelita preciosa no sé qué decirle, ni que palabras dedicarle que ella no sepa, no sé si los muertos pueden leer, pero de seguro si sentirnos y escucharnos, por eso hoy le escribo unas palabras que aunque son cortas encierran, tanto amor, como dolor por la pérdida…
Tita de mi alma, mi colchón de plumas, como algunos de tus nietos te decíamos, fuiste lo más lindo que de mi vida temprana guardo, siempre estarás conmigo porque hoy siento que me acompañas, cada día y a cada hora.
Algún día nos volveremos a encontrar porque seguro que las almas buenas esperan una eternidad a que lleguen sus queridos y nosotras algún día nos daremos los abrazos que a medias dejamos y reiremos juntas como en tu última noche en esta tierra.
Te amo mi viejita…Feliz cumpleaños!

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