martes, 22 de noviembre de 2011

Candilitos pa "alumbrar".


Eran pobres de solemnidad y no tuvieron hijos.
El, un moreno con las arrugas marcadas, manos duras, encallecidas y alto como una guácima. Ella una flaca bien hecha, con redondeces por donde era necesario y unos ojos que miraban claro como una noche de luna llena.
Así vivían Manuel y Margarita en aquella casucha que construyeron 15 años atrás, cuando se fueron a vivir arrejuntaos, porque no se usaba aquello de casarse. Los padres de Margarita persiguieron a Manuel y este les plantó cara como si fuera un toro contra el matador. Aquella niña le había pinchao el alma como una astilla de madera.
La vida les trató mal, las cosechas se perdían al principio y ella, ella no lograba concebir, de hecho nunca lo consiguió.
Se hicieron indispensables el uno para el otro, se ayudaban con los animales y Magui tenía una mano especial pa los partos de las puercas.
Así, fueron haciendo un dinerito pa mejorar la casita y se compraron un caballo para ir al pueblo los domingos. Así, transcurrió también la vida de estos dos, sin nada más que aquellos animales a los que alimentar y su propia compañía, porque hay vida más allá…

Y a falta de llantos de bebés, en el conuco, se escucha a veces por las noches a Manuel cuando dice: - ay mija, trae el candilito de la cocina que se puso de parto la puerca.



4 comentarios:

  1. No puedo leerte muy seguido por falta de tiempo, no de ganas, porque cada vez que leo lo que pones en tu blog, ya sean historias escritas por tí o contadas por tu abuelo, lo disfruto mucho.

    Linda historia, gracias por hacerme navegar, un ratico robado de mi tiempo, entre la magia de la combinación de letras, para convertirlas en eso que llamamos literatura y que para mí no es más que la posibilidad de viajar una vez más a mi mundo de fantasía.

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  2. Griselia...ya se que el tiempo es poco para ti, pero aún así agradezco tus visitas de vez en cuando. Me alegra mucho que disfrutes estas cosas que escribo...que ni por asomo llamo literatura je je, pero en fin, si le gusta a alguien ya es un logro.

    Besitos!

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  3. Tu precioso relato es, sin duda, un milagro. Me ha gustado como un cuajo de luz de Oriente un día de aurora rezagada...Tu escritura es de verdad, como lo son el pan y la tierra, tu tierra ¡Ánimo!
    ¡Guácima! ¡Qué palabra tan atractiva! Un abrazo

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  4. jejejeejje ya he descubierto que en tu blog también hay "me gusta" Tiembla Ofelia jejejejeje

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