viernes, 31 de agosto de 2012

Andares de Cenicienta.



Los pies, cansados, con llagas y durezas. Pies que recorrieron cientos de kilómetros para verle y no fue posible, el nunca se presentó. Una cobardía tan evidente que no consiguió verla, demasiado transparente.  
Volvió sobre sus pasos, comprendiendo entonces, que nunca vendría.
Un recuerdo tenue de aquello que fue, de aquel tiempo lejano, pasado, olvidado.
Emprendió el camino de regreso, con un andar agotado, la Cenicienta.

2 comentarios:

  1. Hay príncipes que no merecen a sus cenicientas.
    Describes el sentimiento de tristeza, desamparo, nosltalgia y soledad en unas cuantas líneas.
    No sé si alguiente te lo ha dicho, pero eres una escritora de sentimientos, con la habilidad para condensar mucho en poco espacio.
    Un beso.

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    1. Eres muy amable Jánter, por pasar por mi lugar.

      Tienes un objetivo de largo alcance para ver más allá de lo que escribo. Tu, me dijiste una vez que era una escritora de sentimientos y será, creo que sí.

      Un beso de vuelta.

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